“Antes del programa yo era una ebullición de emociones. Pasaba de tristeza por las mañanas a rabia por la tarde y luego apatía. Me cargaba de estrés y mal humor. Ahora siento que nació una versión de mí misma que es capaz de realmente vivir de manera más plena, de sumar a la vida de otras personas y de pulir y ofrecer su máximo potencial.”

“Los ejercicios diarios me permitieron conocer mejor mis trabas, pero también mis fuerzas. En las sesiones de coaching Virginia iba haciendo preguntas poderosas para movernos a pensar desde otras perspectivas, a dar en el clavo y sentirnos autoras y actoras de nuestro propio destino. Fue una experiencia maravillosa.”

“Estoy más que convencida de la importancia y necesidad de la gestión emocional para cualquier persona,y más aquellas que trabajamos con grupos desde el deseo y compromiso de incidir en cambios significativos. Necesitamos/ necesito poder identificar, nombrar, gestionar mis emociones, porque al final son las que controlan mis acciones y mis resultados.”

“Me sirvió mucho comprender el vínculo entre pensamientos, emociones, acciones y resultados; la práctica de pensar y sentir intencionalmente; la idea de la autoconfianza como una práctica que se va construyendo y de la generación de evidencias de la autoeficacia; la identificación y cuestionamiento de los patrones que me impiden construir relaciones más libres y nutritivas. Sobre todo, me ayudó a desarrollar una perspectiva más activa frente a mi propia vida y no pasiva o desde la victimización, frente a otras personas o las circunstancias.”